lunes, noviembre 26, 2007

Una vez más, una vez menos.

Navidad, cumpleaños y toda una orgía de regalos, buenas intenciones y gastos.

Mierda. Se me ha roto una muela y descubro que el miedo principal al dentista se basa en el destrozo que éste puede hacerle a tu bolsillo. Todo se ha ido al carajo.

Además me tragué el trocito de muela y no quiero imaginar el viaje que realizó una parte de mi que ha tocado todo lo que he comido en los últimos ¿20? ¿25? años.

Voy a tenerlo todo y me preocupo de un mísero pedazo de mi mismo que ni siquiera me ha causado dolor. Podía haber sido un día cuasi-perfecto y en lo único que pude pensar a partir de ese momento fue en la sensación desagradable que me transmitía mi lengua al encontrase un nuevo hueco, como relleno de papel de lija gomosa. Y así me pasé horas y horas de diversión desaprovechada.

Mierda. Todo por una puta muela.

Hoy voy al dentista. Son 10.000. Gracias.

Que fácil es tenerlo todo y añorar lo más mínimo.

Ahí queda eso.

2 Comments:

Blogger Sr. BoL said...

Los dentistas son unos ladrones, no es nada nuevo. Pero viendo dentaduras de abuelos y algunos padres, uno se da cuenta de que merece la pena cuidársela un poquito. Pero si tuviera que elegir entre 360 y media muela... UF!!!

11:19 a. m.  
Blogger DeathNeos said...

Pero que apsdofiasdfpad eres Boli, el pobrecillo se rompe una muela y le tientas con la perdición que es una videoconsola de última generación con unos gráficos de la hostia y con el Gears of War?

Mereces la muerte ¬¬

/target Tony
/mimitos

3:23 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home